
Déjenme decirles con total precisión, que el otro día con
Lu vimos una película más bonita que no sé qué (entera bonita). Me la trajo el
Hada de las Películas y pasó ese milagro que pasa a veces en que uno mete el disco al
DVD sin tener idea de qué se trata, ni quién actúa, ni nada. Con tanta buena suerte que al poco rato uno está diciendo “aw” cada dos segundos, o “jajajajja” e incluso “pucha”, porque inevitablemente todo lo “aw” se pone “snif” en algún momento, pero igual termina siendo “OMG”.
En caso de que ustedes quieran vivir la misma experiencia que yo, y no saber nada de la película, partieron a conseguírsela con don
Bit Torres, o con el
Hada de las Películas de cada uno y no lean más (yo se las prestaría pero soy muy egoísta). Si no me creen y necesitan que los convenza más, entonces sigan leyendo, juro que no me iré de tarro y que no contaré cosas importantes, pero igual.
Coccoon de plasticina.
Ya, lo primero que tienen que saber es que
Mary and Max es de esas típicas películas protagonizadas por juguetes que se hace con la técnica milenaria en que los pobres peliculastas mueven unos monos un milímetro, sacan una foto, después mueven otro milímetro, otra foto, y de ahí al infinito, y que se conoce en el mundo profesional audiovisual como la técnica
Paciencia System. Ustedes cachan, lo mismo que hicieron en esos flims a lo
El Extraño Mundo de Jack, Pollitos en Fuga, Coraline, Wallace y Gromit o los dinosaurios y/o
King Kongs de las películas antiguas cuando no existían los computadores. (El ajedrez de
Star Wars que se ve en la uno también lo hicieron con esta técnica)
Igual es bacán mirar estas películas, porque aunque sean fomes tienen como un no sé qué y uno se queda con la boca abierta toda la película. Como que dan ganas de tocar los monos, o comérselos porque siempre parecen hechos de mazapán o de algo rico. La dura, el perro de
Wallace y Gromit debe ser dulcecito, por ejemplo, y de lúcuma.
Se parece a Pablo Honorato, pero es tierna.
Bueno, en esta película el factor hambre igual es menor, porque es medio en blanco y negro y los monos son deprimentes, y a lo más son como un chocolate amargo o de menta, de esos que no salvan a nadie. Pero da lo mismo porque de a poquito uno empieza a cachar que los personajes son lo mejor, y que la historia la lleva con cuática.
Se trata de una pobre niñita que es entera loser (
Mary), a quien los papás no pescan ni en bajada. Esta niñita es igual a
Amelie de la película
Amelie en la parte en que es péndex, igual de botada por los papás e igual de loca, pero en vez de crecer solitaria tirando piedras y metiéndose en la vida de las personas, esta niñita decide escribir una carta a una dirección al lote, y así se hace “amiga por correspondencia” de un guatón entero freak que vive en Nueva York.
Como el buzón del e-mail, pero en la vida real.
Aquí uno se da cuenta de que en esta película no pasa nada, pero al mismo tiempo pasa de todo, y que es la zorra. Porque todo lo que uno ve son las cartas que se manda el parcito, y siendo ella una niñita toda
aw, y él un guatón freak, todo lo que se dicen (y cómo se lo imaginan cuando lo leen) es increíblemente entrete y tierno, chistoso y heavy, etc.
La dura. Yo al principio pensé
“pfffft, qué lata, puro se van a escribir y uno aquí sentado escuchando las cartas leídas en voz alta, zzzzz” pero es todo lo contrario. Porque los peliculastas meten mil escenas llenas de detallitos bacanes para acompañar las cartas, y al final uno se entretiene tanto que no dan ganas de que termine la película. Además tiene narrador omnívoro (el que se las sabe todas), y uno la goza todavía más.
El Guatón Freak (¿Y Boston?)
Y ya, antes de que inviten a la hermana chica a ver la película, les aviso al tiro que mejor que no, porque la van a dejar con trauma. Es de monitos, pero no es para péndex, porque tiene un montón de cosas brígidas deprimentes, onda muertes, malos tratos, accidentes, enfermedades, etc. La dura, yo cacho que nunca había visto un intento de suicidio con monitos de plasticina tan bonitos (spoiler misterioso). Aunque igual, si lo pensamos, al principio de
Buscando a Nemo mueren como mil fetos y esa cuestión no traumó a nadie.
Bueno, cosa suya. Si quieren verla con péndex allá ustedes, pero hasta yo quedé traumado con algunas escenas, y eso que yo tengo el criterio formado y soy hardcore. Lo importante es que es un flim a toda zorra, que me tinca le va a gustar a todo el mundo porque de verdad da pena y toca el alma.
Igual dan hambre los monos.
Es como esos diez minutos de
Up en que uno se moría de ternura y de pena, pero así toda la película, así que calculen. A propósito de
Up, igual me da lata que esta película vaya a competir en los
Oscars con
Up, porque debería ganarse algún premio sí o sí, y con
Up compitiendo cero posibilidades de ganar. Yo cacho que Chile debería haberle cedido el puesto para el
Oscar a esta película y así los de
La Nana y
La Isla Dawn no habrían peleado. Lo importante es que es maestra, así que no lo olviden.
También tiene las voces del guatón de
Capote, del compadre de
Munich y de la comadre de
La Boda de Muriel (maestra), así que más encima le lleva calidad actoral. En resumen: Consígansela luego, qué están esperando.
Novecientos millones ochocientas quince mil cuatro estrellas y un
Miguitas de Ternura Award a los dos personajes, por solitarios y tiernos. Bacán la película. Eso no más, gracias.
Aw. © Hermes Antonio, el crítico que tuvo que buscar en Wikipedia lo que es “amigo por correspondencia” (lo que los solitarios losers hacían antes de Internet).