
Casi maté a mi vieja cuando vi que me había comprado este DVD de regalo de pascua. Se supone que no puedo abrirlo hasta hoy día a las doce, pero no me aguanté y aproveché anoche que acompañó a mi viejo a la fiesta de la empresa y me quedé solo en la casa con cualquier Bilz, pan de pascua, y media botella de cola de mono especial para mí, sin copete, que hace mi vieja y que es más rico que no sé qué. (La otra mitad me la había tomado ya)
Bueno la cosa es que abrí mi regalo porque no estaba ni ahí con ver tele ni esperar hoy día a las doce y zás. El planeta de los Simios. ¿Cómo tan mal ojo, vieja? Cuando fui a ver esta cuestión estuve echando pericos como dos semanas por lo ordinaria que era la película, y acá van mis principales reclamos:
a) ¿Qué onda Marky Mark? El compadre hace de astronauta que cae a un planeta lleno de hombres-mono y ni reacciona y todo le da lo mismo.

b) Había una comadre que era mitad mona mitad Michael Jackson, y también daba lo mismo. Se supone que los monos eran mala onda con los humanos, y ella era como del Greenpis mono, pero los humanos eran casi iguales a los monos. De hecho, los monos le tenían miedo al agua y no cachaban ni las pistolas. Como dijo mi amigo ¿Por qué se llamaba “El planeta de los simios” si los humanos eran más bacanes que los monos? Seco mi amigo. Debería llamarse “El planeta de los humanos pelmazos que se dejaban pasar a llevar por los monos mala onda”.
c) Alguien explíqueme qué miércales pasa al final. ¿Por qué Marky Mark llega a un planeta igual a Estados Unidos pero con monos? ¿Por qué la estatua gigante esa del presidente que siempre sale en las películas era el mono malo del otro planeta de los simios y no el presidente que siempre sale en las películas? No me contesten, ya hice mi pega y lo busqué en Google, y resulta que el peliculasta lo hizo porque sí no más, porque quería “sorprender”. Así cualquiera. (Para la otra hagamos las tareas, peliculasta).
O sea, chanta la cuestión. La cosa es que justo cuando estaba pensando en el ticket de cambio caché que el DVD decía “Edición especial del 35 aniversario” y ahí dije “Momento, si no era tan vieja la película, ¿cómo tanto aniversario?” y me cayó la teja que la otra Planeta de los Simios (la chanta) era remake, y que esta era la original. Le recuperé el respeto a mi vieja y metí la película en el DVD ahí mismo. Y adivinen. Achupalla.
Primero que nada tengo que decir que esta película es como de 1802, así que los efectos especiales son más ordinarios que no sé qué. Al principio sale una nave y es de esas cuestiones donde todo es blanquito, con papel de aluminio y cartones de huevos en las paredes, y con sillas y pistolas de la peluquería. Hay tableros con lucecitas que puro parpadean, ruidos raros, y los protagonistas andan con mamelucos blancos y zapatillas (ridículo).
La música también es muy rara y a uno le empieza a dar susto desde el principio porque son puros ruidos raros cuáticos como pitos o tambores que suenan de pronto a pito de nada. (En el DVD hay un documental la zorra que dice que el compadre que hizo la música se imaginó cómo sería la música si la hubieran hecho los monos, y por eso es tan rara, porque es como tocada por Nirvorangutana, Mono Chau, Kong Lennon y Paul McCaco, Javiera Mona, o Bananarama).
En la nave van como cuatro astronautas (una mina y tres pericos), y el jefe es el protagonista, que es Ben-Hur (el abuelito que sale al final de Bowling for Columbine, pero joven) y se cree el hoyo del queque porque es el astronauta más bacán de todos y van a conquistar el universo. En serio, el gil es entero pelmazo. Uno a los tres minutos de película lo odia, y esa es la idea, que el compadre se cree el manjar del berlín y está como a diez minutos de que los monos mala onda trapeen el suelo con él.

Diez minutos para nosotros, claro, porque en la película la nave se les echa a perder y andan flotando como por mil años mientras ellos están congelados. Cuando despiertan cachan la mansa embarradita y empieza lo bueno. De entrada ven que la única minoca del grupo (que los perlas llevaban para repoblar los planetas [mish] porque obvio, para qué más van a llevar una astronauta minoca) está muerta y como momia porque le falló la cápsula que los conservaba (oops, a repoblar los planetas solitos ahora por giles). Ahí se estrellan en un planeta, se les hunde la nave, etc. En otras palabras, cooperaron.
Cuando andan de lo mejor en el desierto, encuentran un montón de humanos que son como cavernícolas (andan disfrazados de tarzán, recolectan frutita y no hablan) y ahí aparecen los primeros monos. De entrada esta película la hizo mejor que la nueva con Michael Jackson porque acá los monos de verdad son los dueños del planeta. Andan a caballo, tienen escopetas, y los humanos son todos primitivos, puro gruñen y cuando quieren comer se comen las plantas de pura desesperación (son iguales a mi abuelita que está senil). O sea, los monos son los jaguares de Monolandia.
Aquí al humano sí que se le suben los humos a la cabeza. Si al principio se creía el lunar de carne del wantán ahora el compadre se cree la carne mongoloide. Porque obvio, con puros cavernícolas y monos, ¿cómo no se va a hacer famoso? Pero claro, los monos los cazan a todos, le pegan un balazo, y él termina encerrado en una jaula con tan mala suerte que el balazo le llegó justo en la garganta y no puede hablar, así que los monos lo tratan como si fuera humano normal, y no humano Golden Vip que es lo que él se cree.
De aquí en adelante no estoy engrupiendo cuando les digo que la película es una pesadilla. Mientras la versión nueva aburre, esta da susto, y tiene un montón de partes en que uno dice “ándate monito” o “me quiero volver chango”. De entrada los monos son malos malos, y en una en que el Ben Hur sale apretando cachete pasa por un museo de historia natural mono y ve que en las vitrinas tienen humanos embalsamados, y entre los cavernícolas embalsamados ve a uno de sus amigos, y tiene los ojos blancos. (Esta parte a mí me dio mono). En otra el compadre quiere demostrar que sus amigos también hablan, pero descubre que los monos le hicieron una lobotomía al amigo que le quedaba, y hasta ahí no más llegó porque se lo dejaron monguis, con media cabeza afeitada y el tremendo tajo en la cabeza, y ver al amigo de uno así trauma, encuentro yo.
El mono más malo de todos es un científico que se llama doctor no sé cuantito y que es una mezcla entre Lancelot Link y Xuxa.

El doctor Xuxink es entero homosapiensfóbico y quiere puro ver muerto al famoso protagonista, así que lo enjuicia y lo basurea, y aunque uno odia al Ben Hur igual lo pasa mal y quiere que se escape. Como el otro todavía anda atravesado con la mina astronauta que se les funó, se anexa una cavernícola que parece minoca hot de los años sesenta y que más encima no habla, así que está al otro litro (es la mujer perfecta), y bueno, termina en mil aventuras con los únicos dos monos que le tienen buena (no sé por qué) y los otros mil millones de monos que lo quieren matar.
Ya aquí voy a entrar a hablar del final de la cuestión así que si no la han visto cierren la ventana y queden metidos por giles. Igual estoy viendo que hasta la carátula del DVD es un spoiler, así que da lo mismo, si igual todos cachan. (Se viene) Resulta que el Ben-Hur logra probar que los humanos tienen alma o no sé qué, y se va con su cavernícola en caballo lejos, a envejecer y tratar de enseñarle a la mina a jugar ludo. Y tate, se encuentra a rompe y raja con la mismísima Estatua de la Libertad (la misma que salía en X-Men y en Los Cazafantasmas 2). O sea, el planeta flaite de los simios era en realidad la tierra, hecha pebre por las bombas atómicas y la lesera. Aquí el protagonista se pega la mejor foca de la historia del cine y queda ahí, tirado y enfermo de achacado. The End.
¿Cómo no va a ser maestra? Ese sí que es final. Encuentro que los últimos dos minutos de esta película son tan la zorra que le vuelan el traste al remake completo, tres veces, y al final bailan tap y cantan una de Britney para puro humillarlo. Todo queda clarito, y el compadre que siempre se creyó la zorra descubrió que el hombre es lo peor, y que él es lo peor, por extensión.
Lo único (ojo, lo único) en lo que le gana la película nueva a la antigua es en los disfraces de mono. Debería darles vergüenza, Hollywood. Tuvieron como cien años para arreglar el cuento, los personajes, los sustos, las ideas, y el único que hizo su pega fue el compadre que hace los disfraces. Todos los demás quedaron pagando. Y para que aprendan, la película antigua es tan buena que da lo mismo que los monos parezcan máscara de mono de supermercado. Uno igual se mete en la cuestión y se asusta, y piensa en el mensaje universal. En cambio en la nueva aunque tengan las mejores máscaras y los compadres de verdad parezcan mono, y muevan los labios y tengan colmillos, uno igual se duerme y después no se compra el DVD nica. O sea que ni siquiera arreglaron lo importante. Ahí quedaron.
El DVD que me va a regalar mi vieja hoy día a las doce (mueran piola) además trae el documental la zorra ese que les conté, que más encima cuenta toda la papá de la filmación y de las películas que vinieron, porque adivinen, hicieron como cinco películas más después de esta… Creo que ninguna es tan buena, pero por lo que se ve en el documental tienen las medias ideas. Por ejemplo en una de las segundas partes se descubre un culto satánico de humanos mutantes que vive en una cueva adorando un misil. (El voloncito). En otra los monos sacan la nave de Ben Hur y logran viajar en el tiempo, y llegan a la tierra actual (no se llama El planeta de los humanos por si acaso, pero debería) y tiene un hijo que resulta ser el que inicia la rebelión de los monos. Esa sí que es joya. O sea, igual que Terminator, pero con monos y mil años antes (¿se acuerdan que al final era el brazo del Terminator que mandaban al pasado el que hacía que los científicos inventaran el computador mala onda que después dejaba la escoba? Ya po, aquí la hicieron primero).
En fin, es un muy buen regalo y una muy buena película, que ojalá todos vean y lo pasen increíble. Setecientas millones quinientas mil treinta estrellas. (Y feliz cumpleaños Viejito Pascuero).
© Hermes.