
Esta semana además de la crítica semanal les quería hablar de la maldición que me hace la vida imposible. Resulta que hace un tiempo con un amigo (el Tóngua Gutiérrez) íbamos por la calle y se nos acercaron dos gitanas igualitas al árbol que habla de
El señor de los anillos, pero con las medias cortinas de falda.
Nosotros el día anterior habíamos visto un reportaje en
Contacto sobre las gitanas y nos dio miedo verlas, así que salimos arrancando, escondiendo los relojes y persignándonos.
Las viejujas se ofendieron y nos persiguieron y como nosotros con el Tóngua no salvamos a nadie (nos duele el páncreas cuando corremos mucho), las viejujas nos alcanzaron a la media cuadra. Mi amigo se puso a gritar que le querían robar los riñones y ahí la más vieja de las dos levantó la mano y nos maldijo en gitanense. Después yo investigué y lo que nos dijo fue lo siguiente (hay un cinco por ciento de margen de error en la traducción):
“Paisano, por el poder que me confiere Buda, te maldigo. Y esta es la maldición. (Ojo) ¡Por el resto de tu vida, NUNCA (pero RE NUNCA) volverás a ver una película tranquilo! ¿Escuchaste? Porque SIEMPRE se te va a sentar un pelmazo cerca, y te RE cocinaste, por gil. Abracadabra (y qué fue)”.
En otras palabras, la peor maldición que pudo recibir un ser humano que más encima es buena onda, y más encima, crítico famoso.
Sonamos con el Tóngua. Ahora la maldición nos persigue. Aunque llegue atrasado y me siente en el asiento más penca de todo el cine, IGUAL va a llegar un gil MÁS atrasado que yo que se va a sentar JUSTO DETRÁS DE MÍ, y me va a hacer la vida imposible.
El otro día con Hostel II, los giles de la maldición eran tres pelmazos del infierno que se habían comprado unos chilenitos y pidieron que se los envolvieran en celofán, después en papel de diario y al final en papel de regalo. (Querían papel de aluminio también, pero no había). Cada vez que quisieron sacar chilenitos me tuve que mamar la novena sinfonía en papel. Aparte, los compadres se impresionaban por TODO. Era como si nunca hubiesen visto una película en su vida y todo el miedo y asco que les daba lo exorcizaran con un comentario en voz alta. (Susurrado no vale, bien fuerte tenía que ser). Y después otra comadre al fondo del cine contestó su celular y se puso a conversar como por durante diecisiete minutos. (En serio).
El otro día en una función de PUROS críticos, imagínense. Yo dije “hasta aquí no más llegó la gitana. Nada de maldición aquí, estos son puros viejos fomes que trabajan en esto, ellos sí pueden quedarse quietos y callados”. Las pinzas. Resulta que me senté al fondo y me tapé con la parka porque hacía cualquier frío. Todos se sentaron adelante y yo dije “salvado, gitana”. Se apagaron las luces y como cinco minutos después entra una comadre con un nerd, corriendo y muertos de la risa porque es chistoso llegar atrasado a las películas. Ni siquiera miraron donde sentarse y corrieron detrás de mí, seguramente llevados por una fuerza maligna. A los diez minutos de película empezó la comadre a zapatear. No estoy inventando. Cruz para el cielo. No hablaban, no llevaban dulces ruidosos, no contestaron el celular, nada. La maldición se manifestó con la única forma que le quedaba a la comadre para hacer ruido: golpear el suelo con la planta del zapato. “Toc… Toc… Toc…”, a medio centímetro de mi oreja. Le dije que parara de zapatear por favor, pero la comadre se lo tomó a mal y empezó a pelarme con el nerd, y a reírse despacito, porque cualquier intento por combatir la maldición, sólo genera más maldición.
Ganaste la batalla pero no la guerra, gitana. Ya voy a encontrar un hechizo para salvarme y ahí te quiero ver. Yo sé que varios sufren lo mismo, y nos vamos a unir contra los giles que meten bulla, conversan, preguntan estupideces, contestan el celular, patean el asiento, comen popcorn con la boca abierta y nos despiertan de ese sueño que es sentarse a ver un flim. Tienen los días contados, giles.
© Hermes.
Posdatas:
a) En la Zona, donde está todo pasando, hay una crítica mía ultra pro a Los Cuatros Fantásticos y Silver Surfer Man. Pásenlo puerco. ¡Link!
b) Mi novia, la hermestástica Lu, dos veces más hermosa ahora porque fue al oftalmólogo y le dieron lentes que la hacen verse más rica que el primer sorbo de Bilz después de cinco puñados de cabritas saladas, tiene un blog. Y por si no vieron mis links allá al lado, aquí está, para que la lean y se maravillen con ella. (Pero no tanto, cuidadito, váyanse por la sombrita). ¡Link a Lu!
c) Parece que me quiero resfriar.
Posdata a la posdata:
a) Acabo de cachar el mono de Silver Surfer Man que hicieron con mi cara y lo encontré la zorra. Es choro porque me veo Silver, esbelto y gracioso. Pero salgo pilucho y me da como vergüenza. Bueno eso. Estoy aburrido.